EL DEBER

Por Manuel Vicent (1992)

El Hombre es un Mono con Piel de cerdo que se ha vuelto Loco.

Este extraño ser, se pone en la cabeza las cosas mas increíbles: boinas, mitras, gorras de plato, gorros de pastelero, tiaras, cascos con cuernos de vikingo, birretes, bonetes y chisteras.

Probablemente, debajo de cada uno de estos sombreros, hay un único cerebro dañado por la misma lesión; esa que segrega el oscuro deseo de ser feliz.

Para conseguir este objetivo, el hombre ha fabricado Catecismos, cohetes atómicos, potros de tortura, cámaras de gas, instrumentos musicales, tartas de cerezas, concursos de belleza, sonetos y campos de concentración. También se ha ayudado con diversas hierbas, zumos, semillas y raíces... Y así, mientras unos maceran dinamita en un mortero, otros fuman marihuana o se rehogan las venas con alcohol.

Ultimamente , el hombre monta en unos cacharros de lata y van disparados a 200 Km/h a ninguna parte. Andan huyendo de si mismos. ¿Quién les Persigue?...

Sin duda..., el Imperativo Categórico.., Que es el policía mas tenaz..., un virus cerebral causante de su locura.

Desde que salto del Paleolítico, el hombre lleva el sentido del deber agarrado a los bulbos del cogote. Tiene que levantarse a las 8, Tiene que  ir a la oficina, Tiene que enamorar a la pareja, Tiene que conseguir un ascenso, Tiene que alcanzar el cielo, Tiene que obedecer las leyes y los reglamentos. Tiene que cumplir con su deber, precisamente por ser su deber.

Este Imperativo Categórico es un virus maligno. Cómo se podría luchar contra el? Liberarse de este virus es una antiquísima aspiración del hombre.

Algunos Indios lo han conseguido mascando hojas de Coca; algunos héroes han buscado la salvación en la orgía de la guerra; algunos sacerdotes han inventado la fe, y el pueblo llano ha encontrado un remedio mas a mano en las tabernas o en los fumaderos de Opio.

La Carrera  de armamentos también es otra manera de hallar la Felicidad. Un Cohete Atómico es un Porro Gigante que nos puede dejar a todos colgados eternamente. 

He aquí la solución: Puesto que nada hay que hacer, Nada queda por hacer.

Lo Ha Dicho el Profeta: Si quiere ser feliz, No Haga Absolutamente Nada.

Si Quiere ser Feliz. Túmbese.

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