XVIII
El principito atravesó el desierto en el que sólo encontró una flor de tres pétalos, una flor de nada.
-¡Buenos días! -dijo el principito.
-¡Buenos días! -dijo la flor.
-¿Dónde están los hombres? -preguntó cortésmente el principito.
La flor, un día, había visto pasar una caravana.
-¿Los hombres? No existen más que seis o siete, me parece. Los he visto hace ya años y nunca se sabe dónde encontrarlos. El viento los pasea. Les faltan las raíces. Esto les molesta.
-Adiós -dijo el principito.
-Adiós -dijo la flor.