Me cuesta como nunca
nombrar los árboles y las
ventanas
y también el futuro y el dolor
el campanario
está invisible y mudo
pero si se
expresara
sus tañidos
serían de un
fantasma melancólico
la esquina pierde su ángulo filoso
nadie diría
que la crueldad existe
la sangre mártir es apenas
una pálida mancha de rencor
cómo cambian las cosas
en la niebla
los voraces no son
más que pobres
seguros de sí mismos
los sádicos son colmos de ironía
los soberbios son
proas
de algún coraje ajeno
los humildes en cambio no
se ven
pero yo sé quién es quién
detrás de ese
telón de incertidumbre
sé dónde está el abismo
sé dónde
no está dios
sé dónde está la muerte
sé dónde no estás
tú
la niebla no es olvido
sino postergación
anticipada
ojalá que la espera
no desgaste mis
sueños
ojalá que la niebla
no llegue a mis
pulmones
y que vos muchachita
emerjas de ella
como
un lindo recuerdo
que se convierte en rostro
y yo
sepa por fin
que dejas para siempre
la espesura de ese aire maldito
cuando tus ojos encuentren y
celebren
mi bienvenida que no tiene
pausas