Ahora vale la pena.
Dios
se quedó dormido.
Todos sabemos que
esto
no es
definitivo
que es una suerte loca
quizá un
breve
delirio.
Ahora vale la pena
vivir
aunque haga
frío
aunque la tarde vuele.
O no vuele.
Es lo mismo.
Ahora
sí
pero luego
si Dios no se despierta
qué
pasará
dios mío.